sábado, mayo 23, 2009

cashino

Escribo de aburrío, no de inspirado, ni por que sepa escribir. Escribo por que no tengo nada mas que hacer. Si hubiera sabido que tenía que esperar una hora y media al bus pa Laja…quizás no hubiera viajado.

Pero algo me hizo viajar, tenía un cartita bajo la manga, que no funcionó. Ya no tengo razones pa´ irme hoy, mas que dormir en mi cama y despertar en un espacio propio, acompañado de un mañanero probablemente.

Tengo el notebook, salvao pensé, lo prendo y con la internek free del Terminal de buses, tengo una hora de entretención dentro del ciberespacio… lo prendo, me estoy conectando…y se acaba la batería, recorrí todo el Terminal y no hay enchufe disponible. Así que aquí estoy sentao junto a unas maquinas de juegos, con hartas luces y ruiditos, así como los ringtones de los primeros celulares.

Creo que he encontrado la solución, a unos metros de mí, hay un enchufe con unos hoyitos libres.

Me cambio de asiento, conecto el pc portátil y listo, que tal ?...

Cambio de planes, me gustó esta cosa de escribir, sin inspiración, sin ideas…escribir pa gastar lápiz no más.

Por gastar hoja y por parecerle interesante a la mina que está frente y me mira…

Ir a hablarle ?

Ni ahí.

Que paja.

Hace tiempo que no escribía, ya queda media hora. Con el note enchufao probablemente se me hubiera pasao mas rápido, pero no es mejor hacer crujir un poco la piña ?.

No sé por que han proliferado tanto estas máquinas, esas que están en casi todos los boliches de la esquina. Es que ya no vale jugar por jugar ?. Hay que ganar plata, si no, no tiene gracia.

Hay una bien sencillas, que se ven la monedas, en forma de cascada, como entran y como salen, sin mas artilugios. En cambio hay otros mucho mas complejos que sólo los entienden las viejas que se gastan el vuelto del pan de la once. Junto con los cabros chicos, pa´ los que el juego es pan de cada día.

Las amas de casa, sin ser peyorativo, son las principales adeptas. Es como un casino de los pobres, de hecho quizás no es casualidad la explosión de casinos en Chile, simultáneamente con la aparición de estas machines.

No se gana mucho, pero de la misma forma se invierte. Con una luca jugai, si o si, mas que con una par de fichas en cualquier Casino.

Acaba de llegar a la maquina que está a mi lado, un viejita con su hija pokemona. No sé si habrán jugado alguna vez, pero una a la otra se confiesan no haberlo hecho antes. Así como si nada se deciden jugar, a modo de excusa, pa´ probar si es entrete y probablemente, por que al igual que yo, no tienen nada mejor que hacer.

Es increíble la cantidad de gente desocupada en los terminales ah, cazando moscas, mirando el techo, caminando en círculos, pero esa es harina de otro costal.

Se quedan mirando la maquina, en silencio, como si esas lucecitas rojas y verdes les dieran instrucciones.

La chica busca una moneda, con sus dedos a modo de pinza, dentro de un pequeño bolsillo en su ajustado jeans.

Se explican la una a la otra, sobre lo que entienden lo que hay que hacer… y juegan. Lo repiten 1, 2, 3 veces, apretan botones , sin cachar mucho y la maquina les suelta una pocas monedas.

Sonríen automáticamente y se miran, no entienden como pero las moneditas cayeron… Y puta que suenan lindo, ah!!, música para cualquier oído de quien las recoge.

Ahí se quedan.

La vieja con una mano en el bolsillo, como cachando a medias, haciéndose la cucha, la desinteresada. Pero ahí se quedaron. Ya no hablan ni se miran, sólo juegan, cada una en su máquina.

Entran y salen Gambas de este minicasino, si hasta una mina con guagua de acerca a mirar, un viejo curao, un compadre con terno, una vieja con tacos y maleta con rueditas, cabros chicos…. De todo.

Todos miran cuando caen monedas…todos!...no importa si son 3 y 20…si caen en ese cajoncito metálico hecho pa resonar el tintineo aquel.

Es la mejor banda sonora del casino poblacional.

Se fue la mina linda del frente…y no me dí ni cuenta.