domingo, diciembre 01, 2013

Vivito y coleando



Cuando me muera ( aunque no creo en la muerte, ni en la vida eterna, ni siquiera se de lo que estoy hablando...)
De nuevo... Cuando mi corpus cierre los ojos de forma definitiva y mi corazón deje de latir:  no quiero funeral, ni velorio. Quiero una fiesta, donde vayan todos los que me conocen y sigan mezclándose entre ellos. Conversando vaso en mano y me despidan como corresponde... Entre pera y bigote, tocando guitarra y riendo de tanta aventura vivida.
De seguro nos volvemos a ver, como ha sido desde el comienzo... Quizás ese mismo día o al siguiente y sería bien fome ver a personas queridas tristes, malgastando días de vida en estas tierras.
Vivimos en la fantasía de la inmortalidad, despertamos como si fuéramos invencibles. Como si todas las calamidades y cosas raras le pasarán a los demás. Por eso es que quizás tanta gente se pone triste cuando alguien cercano es atacado por una enfermedad letal. Cuando quizás uno se vaya mucho antes, nunca se sabe. Un cáncer terminal, un accidente grave... Es visto como el más terrible infortunio, maldiciendo a los cuatro vientos por la falta de bondad de nuestro creador, por la estupidez de un conductor irresponsable... O lo que sea.
Es tanta la ilusión que se niega algo que de por si, es parte de la vida... La muerte. O es que acaso alguien piensa que el cuerpo es inmortal?. 
Tener miedo a la muerte, a lo desconocido... Es como temer al hablar con algún extraño. Ya la vida nos ha enseñado cuán valiosos han sido algunos "desconocid@s" del camino... Los nacimientos se celebran, los entierros se lloran. No llora uno mismo cuando nace ? ( si no, de un palmetazo te hacen llorar igual)... Con ese llanto ya esta listo, suficiente. La salida se debe celebrar. Como cuando alguien se cambia de casa... Se nos va el amigo.. Que hacemos?, una despedida. No falta picoteo, ni brebaje en semejante convivencia. Mientras más se quiere, más donaciones llegan. Pero en la Gran Despedida... No. Se llora, como si el mundo se fuera a acabar. 
Otra cosa, antes de terminar... Tampoco entiendo el gusto por demorar la etapa de volver a la tierra... Por mi, que me quemen. Pa que comprar un pedazo de tierra, en donde estén "mis huesos"?. No necesito casa en esos momentos. 
Una fogata, hoguera, hasta un brasero sirve ( por  presa)... Lo importante es hacerla corta. Quemado, las cenizas al aire, al mar, bajo unos arboles, no se. Ya no me importará creo. Pero tener un hoyo "mío" no me interesa.
Hace un tiempo, cuando se me ocurre algo, lo hago. No mañana, hoy.
Y como, si de algo estoy seguro, es que no sabemos cuando llegue ese peldaño por subir (ojalá no bajar)... Lo digo ahora. 
Eso.

P. S: Mamá, no me quiero morir, no me voy a matar... Al contrario, estoy vivo. Mas que nunca.