lunes, enero 27, 2014

Miño



Cuál es tu hora preferida del día?, les pregunté...

Sus ojos campechanos miraron fuera de ese lugar, sus manos tomaron el aire y amasaron recuerdos tibios, hasta que una sonrisa inminente, nos dijo que ya tenía la respuesta. Aún no hecha palabra, pero en el mundo de los pensamientos e ideas, ya se había materializado.

"Las tres de la mañana!", nos dijo.

"A vece' despierto como a esa hora, me levanto al baño, me subo en la taza y abro la ventana... casi nunca prendo la luz, a vece' prefiero escuchar, ma' que ver.

E'cuchar ese silencio, a esa hora. Todo tranquilito, tío. Como si no anduviera nadie... sólo se escucha el viento pasar por la' ramas o la lluvia cayendo en el techo cuando e' invierno.

Esa hora me gusta."

Todos, incluyéndome con los demás niños que participaban de la conversación, nos quedamos ,unos segundos, en silencio. 

He ahí un poeta. He ahí un niño de 10 años disfrutando de un mundo paralelo y sensible.

He ahí un silencio, respetando lo mas valioso del arte... Eso que no se puede (d)escribir, ni explicar.

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